3.3 2 Propiedades del agua: Puntos de fusión y ebullición. Densidad. Capacidad calorífica. Calores latentes de fusión y evaporación. Tensión superficial. Poder disolvente.

Aún cuando pensemos en el agua como líquido, debemos recordar que su estado depende de su temperatura y presión. El agua se congela a 0 °C, y por debajo de esta temperatura adquiere el estado sólido de hielo o nieve. Cuando se enfría el agua, su volumen se contrae, y su densidad aumenta, hasta que alcanza una densidad máxima (1g/ml), a 4 °C.
Debajo de esta temperatura el agua se expande ligeramente hasta que alcanza su punto de congelación. A una presión de una atmósfera (101.325 kPa). El agua hierve a 100 °C.
La expansión del agua justo antes de congelarse es una propiedad poco usual de gran importancia para evitar que grandes extensiones de agua se congelen completamente.
A mayor profundidad, el agua tiene mayor densidad, y en consecuencia, está a 4 °C arriba de la temperatura de congelamiento. Por consiguiente, en tanto que la superficie de un lago o río se puede congelar, el agua profunda permanece líquida, permitiendo que continúe la vida acuática.
Puesto que el hielo tiene una densidad de 0.9g/ml, comparada con la densidad de 1.0 g/ml del agua a 4 °C, debe haber una considerable expansión cuando el agua se congela. Tal expansión es la causa de la ruptura de tuberías de agua y de radiadores de automóviles durante las épocas, de frío, lo mismo que la ruptura de capas de roca y de pavimento en el que haya quedado atrapada agua.
El hielo que se forma durante el invierno permanece en la superficie de un lago o río. Cuando el agua fría densa se contrae, se separa de la superficie helada, y de esta forma queda una capa de aire entre el hielo y el agua. Esta agua es una ayuda más para la supervivencia de los peces durante el invierno.
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